miércoles, 18 de marzo de 2009

Llegó la hora de la limpieza social

Llegó la hora de la limpieza social

AHORA LES TOCA EL TURNO A LAS ORGANIZACIONES QUE INTIMIDAN AL PUEBLO


YA NO TENEMOS MIEDO

Para el pueblo en general, ustedes han notado una permanencia de la corrupción, las injusticias, la pobreza y la violencia, etc. , en los últimos tiempos. Debido a todo esto, nosotros, el pueblo, hemos tomado la irrevocable decisión de atacar la violencia con desobediencia civil.

Ya no van a contagiar de MIEDO a nadie más, solamente a los gusanos. Tienen las horas contadas todos los grupos que quieran implantar el terror. Han contagiado a mucha gente. Prepárense.

Todo el que se encuentre en los bares después de las 10:00 PM está de rumba. Esté más con sus amigos y salga a las calles sin temor.

Jóvenes, los queremos ver en las esquinas parchados, compartiendo ideas y sueños, esto es en serio. Esté más con sus padres, sus amigos, su novia, mascota, en la calle.

Vendedores de chicles, papitas, confites, se está creciendo el negocio de hasta vender minutos en las esquinas. Exijamos mejores oportunidades de trabajo. No más subempleo.

Intimidadores dejen trabajar a la sociedad, pilas que están pillados.

EL PUEBLO VIVE, USTED LO DECIDE. YA TENEMOS QUE DEZPLAZAR EL MIEDO Y EL TERROR.

El pueblo lo ha decidido así, esta desobediencia se necesita.

Ya empezamos, le pedimos a la sociedad que no sean inocentes, esto ES PARA SIEMPRE.

SEÑOR PADRE DE FAMILIA RELÁJESE CON SUS HIJOS, SALGA CON ELLOS A LAS CALLES, NO SE DEJEN INTIMIDAR.

Si usted encuentra esta hoja, sáquele varias copias y repártala a los amigos, vecinos o a un familiar suyo.

No podemos entregar esta hoja en cada casa, por eso pedimos su colaboración.

martes, 24 de febrero de 2009

EL JUICIO DE NUREMBERG

“El establecimiento de una jurisdicción superior, independiente de los Estados, encargada de resolver los litigios de naturaleza criminal que encierren elementos internacionales, sería la expresión más sensible y popular de la justicia penal internacional”.

Prescindiendo de los antecedentes históricos remotos, el primer intento de instaurar una Corte Penal Internacional que depurara las responsabilidades de la delincuencia bélica surge a la conclusión de la Primera Guerra Mundial, con el tratado de Versalles y su pretensión de que las potencias vencedoras enjuiciasen al Kaiser Guillermo II y a sus principales colaboradores.

El intento, sin embargo, resultó fallido: el gobierno holandés denegó la extradición de Guillermo II, en cuyo país se había refugiado, y los pocos criminales de guerra del bando perdedor sometidos a juicio fueron juzgados por el Tribunal Supremo Alemán.

Así las cosas, y pese a las voces que reclamaban la creación de un Tribunal Penal Internacional, nunca se acogió formalmente la idea. Fue entonces cuando se declara la Segunda Guerra Mundial y tiene lugar la famosa reunión tripartita entre Roosevelt, Churchill y Stalin que, en declaración de fecha 1 de Noviembre de 1943 anunciaron su decisión de que los principales criminales de guerra (alemanes, por supuesto), serían juzgados y condenados por una decisión conjunta de los gobiernos aliados, precisándose que a este proceso serían sometidos los principales culpables de los países europeos del Eje, cuyos regímenes no tengan una localización geográfica especial.

El escenario quedaba ya configurado: los máximos jerarcas nazis serían juzgados por un Tribunal Internacional aliado; los crímenes de guerra particulares cometidos por los subalternos serían enjuiciados por los tribunales del lugar de la comisión de los hechos.

Ahora bien, no es ocioso recordar que, desde un análisis jurídico y político, el Tribunal Militar Internacional de Nuremberg puede ostentar los timbres de gloria y significado histórico verdaderamente trascendente, pero difícilmente pueda demostrar su capacidad de satisfacer el deseo de justicia, sobre todo cuando no se es capaz de juzgar las acciones propias y ajenas, en el entendido de que finalmente no se pudo arraigar en la conciencia universal como un Tribunal con “la independencia y neutralidad necesarias para proceder con serenidad y fallar en justicia”.

Sin entrar en valoraciones políticas sobre el contenido de las sentencias impuestas, un análisis puramente jurídico del contenido del Estatuto descubre en él la vulneración de los principios esenciales del Derecho Penal y del Derecho Procesal Penal:

  1. Violación al derecho del juez predeterminado por la Ley: El Tribunal Internacional de Nuremberg fue un órgano judicial creado “ad hoc” para el enjuiciamiento de unos hechos concretos y unos personajes concretos- Carácter excepcional del Tribunal de Nuremberg.
  2. Violación del principio de igualdad ante la ley: En Nuremberg sólo fueron juzgados los criminales de guerra alemanes. Los crímenes de guerra cometidos por los aliados, tales como el bombardeo a Dresde o los ataques contra las ciudades de Hiroshima y Nagasaki permanecen impunes.

  1. Violación del derecho a un juicio imparcial: El Tribunal de Nuremberg estuvo formado por jueces pertenecientes exclusivamente al bando vencedor. Pretender que, por ejemplo, un juez soviético pueda juzgar imparcialmente a los políticos y militares alemanes responsables de la muerte de millones de conciudadanos, es simplemente quimérico.

  1. Violación del principio de legalidad: Uno de los principios esenciales del Derecho Penal es el que proclama que nadie puede ser castigado por un hecho que no tuviera condición de delito en el momento de su comisión, ni con pena distinta a la señalada por la ley para tal delito.

Los reos alemanes fueron juzgados por unos delitos que fueron tipificados por el Estatuto de Londres con posterioridad a su comisión. Quebró con ello el postulado básico de la irretroactividad de la ley penal desfavorable.

Ahora bien, se podrá invocar el hecho innegable de que tales crímenes comportaban para cualquier mente humana un reproche ético innegable y que, por lo tanto, no se podría ignorar la ilicitud de la conducta. Ello es cierto, pero no lo es menos que, cuando se prescinde de los principios en aras de la utilidad, la justicia se prostituye y se convierte en un instrumento en manos del poderoso para la satisfacción de los intereses de éste.

  1. Violación del principio de seguridad jurídica: El Tribunal de Nuremberg no violó, formalmente, en su sentencia el principio de legalidad de la pena, por cuanto impuso a los acusados las sanciones que el Estatuto de Londres había previsto para los delitos perpetuados por los reos. Ahora bien, establecer para un delito una sanción que puede oscilar, al libre arbitrio del Tribunal, entre la pena capital o una mínima pena de prisión, vulnera los principios de proporcionalidad y de seguridad jurídica.

Seguridad jurídica que también quebranta el Estatuto de Londres al definir los delitos. Es por ello que, en ocasiones, resulta bastante complicado deslindar ciertos crímenes de guerra de otros crímenes contra la humanidad.

  1. Entre otros aspectos cuestionables: Se ha reprochado también al Estatuto de Londres por la introducción de la figura de la conspiración, así como de no prever una fase previa de instrucción judicial de la causa, lo que, entre otras cosas, dio lugar a una inusitada duración de las sesiones de juicio oral.

Por otra parte, al leer el contexto del gran proceso que fueron los juicios de Nuremberg, uno se encuentra en medio de una encrucijada, pues si bien todos los actos cometidos en medio del periodo de auge del movimiento Nazi en Alemania, son reprochables hasta el cansancio, (pues el autoritarismo en cualquiera de sus manifestaciones es difícil siquiera de leer, aunque ya no se encuentre en ese preciso momento histórico); y el racismo, la discriminación, la fábricas de jabón, la atrofia de cerebros, la enorme alienación producida dentro de una nación, son situaciones que se vieron en tal época y que no se pueden dejar de lado, hay que tener en cuenta que tampoco podría negarse que los juicios de Nuremberg fueron en cierta medida ilegítimos, fue la imposición de la justicia de los vencedores vestida de frac, la sutil crueldad de la ley, que siempre ha estado presente, es frívola pero también eficaz; no fue una justicia de los ganadores común tal vez así de fuerte como su guerra pero aun así, fue uno de los comienzos de venta de esa falsa democracia, es algo así como la caridad cristiana, como una doble moral, que se puede ver instaurada en los juicios que se hicieron a los grandes militares Alemanes.

Es importante tener en cuenta el origen de tal proceso teniendo en cuenta un constructor como lo fue el darwinismo social, que propició y fundamento en gran medida el itinerario Alemán con fundamentaciones como “El ensalzamiento de lo ario, la religiosidad panteísta, la exagerada reacción ante la revolución francesa […]”, la repulsión de las elites gubernamentales y económicas por la democracia representativa y aún más por la directa; todos estos son aspectos de especial relevancia para comprender el fenómeno vivido en esta época y así entender el porque de la posición asumida por personajes como Adolf Eichmann, criminal de guerra alemán juzgado en 1961.

lunes, 16 de febrero de 2009

1984 Expocicion Jeferson Bangura

WAR IS PEACE

La Guerra es Paz

FREEDOM IS SLAVERY

La Libertad es la Esclavitud

IGNORANCE IS STRENGTH

La Ignorancia es la Fuerza



Es 1984, en la ciudad de Londres, Justo en la era de la perfección; en la cual todos viven en condiciones de igualdad material, con similar educación y hasta vestían muy parecido. No había, de que quejarse el partido dominante lo tenía todo previsto y ordenado, el INGSOC, English Socialism o para su mejor comprensión, Socialismo Ingles; cuya cabeza era el Big Brother (Gran Hermano) si como en el reality, lo sabía todo, que era lo bueno para el pueblo, cuáles eran nuestros enemigos y aunque había una guerra de la cual ya olvidamos cuando había empezado y porque, no había mucho problema, nuestros guerreros combatían valientemente en el extranjero, para defendernos, puesto que la existencia de terroristas enemigos de la libertad y el orden, amerita, hacer nuestro mayor esfuerzo para combatirlos y enseñarles por que deben seguir el sueño ingles.


Además del Gran Hermano, existen cuatro Ministerios que le ayudan en su labor:


El Ministerio de la paz: Este se encarga de los asuntos bélicos, intentar influir en el gasto militar, claro, sin ir en contravía del bienestar de las personas y el capital destinado a la inversión social.


El Ministerio del Amor: el cual, al igual que el congreso de cualquier nación decente, tiene la labor de hacer las leyes, siempre intentando decidir lo mejor para nosotros.


El Ministerio de la abundancia: Los asuntos económicos, es lo que este debe de organizar, lo cual es a veces tonto, dado que el gran hermano, en su sabiduría, sabe de antemano, cuál será el crecimiento de las provisiones, los mercados y demás cosas; solo crecimiento, pues no ha habido desde el momento de la revolución contra el capitalismo, una rebaja en nuestro nivel de vida; quienes lo duden podrán revisar las proyecciones que el gran hermano ha hecho hasta hoy y como se cumplieron absolutamente todas.


El Ministerio de la verdad: Se encarga de vigilar a los individuos que intenta desacreditar al partido, por medio de las artes, la educación etc., allí es donde yo trabajo, mi función es hacer las modificaciones a los textos y obras artísticas, que no estén de acuerdo con la doctrina del partido y la verdad de la buena labor que han realizado, ejemplo: si la ración de arroz se sube mañana a 3 libras y en informes anteriores decía que era de 4 libras, se verifica con lo que anticipo el Gran Hermano, así si este dijo que se iba a subir una libra, el texto que habla de 4 libras, está mal y por tanto se ajusta a 2, entonces como el Gran Hermano siempre tiene razón la ración creció en una libra, en lugar de bajar 2 como parecía.


No todos cabemos dentro de la Sociedad creada por el partido, afuera, existen los que denominamos, la prole, estos no tiene los mismos derechos que nosotros, creo que no les importa mucho, pues viven alejados, en las afueras de la ciudad. El partido dice que son menos del 16 % de la población, una vez vi en un texto de los que tengo que modificar que esa cifra era falsa, decía que realmente la prole comprende el 80 %, lo cual es una cifra alocada, dado que si el partido, está en el poder por el bienestar del pueblo, sería ilógico que la mayoría viviese en condiciones de pobreza.

Por hoy los dejo, están pasando en la gran pantalla, a nuestro mayor enemigo, el líder de la insurgencia, además de un avance de cómo va la guerra.

viernes, 12 de septiembre de 2008

El miedo a la revolución

Carta Maior

Cada vez que alguien de izquierda cree confirmar que su previsión de que un proyecto de izquierda iba a salir mal y acierta, su reacción acostumbra a ser de alegría y auto congratulación. “¿No les dije?” Es la exclamación de costumbre y sale satisfecho, dispuesto a seguir ejerciendo sus predicciones agoreras.

Extraña reacción. Si la persona fuese de izquierda, debería alentar para que un proyecto de izquierda resultara. “Ah, dirá el sujeto, “sucede que eso ya no es de izquierda” Convencido de que la izquierda es aquella que él eligió, la que leyó en los libros, la que su lectura de los clásicos y de los procesos revolucionarios -casi todos malogrados, además- le proporcionó.

Por lo menos debería sentirse derrotado, no solo porque el proyecto que catalizó el apoyo de tanta gente, que ocupó el lugar de la izquierda, fracasó – en su imperturbable visión – sino porque su correctísima concepción no logró, una vez más, imponerse.

Debería sentir que su capacidad de convencimiento de los que deberían estar locos para recibir la concepción iluminada, no consiguió conquistar a ninguno o casi ninguno (apenas a unos pocos iluminados) . O, quien sabe, sus ideas no son tan correctas. Pero esta hipótesis ni se le pasa por la cabeza, que se joda la realidad y que vivan sus ideas.

Hay un tipo de izquierda que se llena la boca de placer a cada tropiezo de la izquierda, a cada “traición” que él oportunamente avisó que iba a suceder. Basta que alguien gane, que un partido triunfe, para que las inevitables tentaciones de la corrupción, de la burocratización, del aburguesamiento, de la “traición” de clase triunfen infaliblemente.

Es una cuestión de tiempo –de años, de meses, de horas, de minutos-. Traicionaron Mao, Fidel, Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa – ni hablar de Lula, Kirchner, de Tabaré. Fernando Lugo acaba de iniciar la cuenta regresiva para el cadalso de la traición que le aguarda, fresquita allí en la primera esquina.

Lo que solo prueba que quien previó derrotas tras derrotas para la izquierda, siempre parece tener razón. No siguieron la teoría doctrinaria, la de mayor radicalización, la lectura estricta del manifiesto Comunista y de El Capital, la aplicación rigurosa de la lucha de clase contra clase, la intransigencia, el rechazo a cualquier tipo de alianza – puerta abierta para la capitulación – y las cosas salieron mal.Pues solo bastaba seguirla…además, que proceso realmente, con esa orientación dió resultado? Ni la Revolución Rusa – Lenin ya había capitulado con la NEP, recuerdan? – se escapa.

Es toda una generación que entonces debería sentirse derrotada, porque ninguno de los proyectos revolucionarios resultó, ninguno siguió sus sabias enseñanzas. Pero la derrota – así como el infierno de Sartre- es la derrota de los otros. Y como decía Marx de la pequeña burguesía, ella sale de lo que debería haber sentido como una derrota, impávida, al final es el pueblo que todavía no tiene madurez ideológica suficiente para entender suspropuestas.

Son otras tantas manifestaciones de lo que Sartre había llamado “miedo a la revolución”, a sus formas heterodoxas, cuestionadoras de las teorías establecidas, “contra El Capital”, como dijo Gramsci de la Revolución Rusa. O miedo de los procesos concretos - ya que la verdad siempre es concreta - de tener que descifrarlos en su complejidad, en sus contradicciones y en sus novedades. Es más fácil relegarlos todos a la “noche de los gatos pardos” de los procesos fracasados, porque no corresponden a la teoría o visión dogmática de la teoría, aquella que nunca comprendió que lo que hay de ortodoxo en la dialéctica (según Lukacs) es el método. De lo que se trata es de ejercer creativamente el análisis de la realidad, y no de reducir la realidad a supuestos principios, teorías petrificadas, dogmas que solo toman en cuenta las concepciones petrificadas de los que las asumen.

Texto original: http://www.cartamaior.com.br/templates/postMostrar.cfm?blog_id=1&post_id=204
Traducción Insurrectasypunto

martes, 2 de septiembre de 2008

Al rescate de Maximilien Robespierre


Debemos cumplir una misión urgente, y realizarla con esmero y cuidado. Un comando de fuerzas especiales de la izquierda anticapitalista española, compuesto por nuestros mejores militantes, debe partir de inmediato hacia Francia, para encontrar la sepultura perdida de Maximilien Robespierre, rescatando sus restos mortales. Acabaremos así con uno de los misterios de la Revolución Francesa, desvelando el destino final del que fue el más grande de sus líderes.La primera parada de la expedición será el cementerio de Errancis, donde los termidorianos enterraron al Incorruptible, cubriéndole con cal viva. El equipo de arqueólogos de la Federación Estatal de Foros por la Memoria tendrá que trabajar duro, inspeccionar el camposanto de cabo a rabo, buscando cualquier mínimo rastro de Robespierre. Y si aparece de paso Louis Antoine de Saint-Just, su principal lugarteniente, mataremos dos pájaros de un certero disparo.Si fracasamos en el intento y no descubrimos nada, no hay porqué preocuparse. El cuerpo de Robespierre no es indispensable para que el operativo finalice exitosamente. Lo que sí necesitamos son los ideales robiesperristas, aquel torrente de pensamientos que hicieron temblar el mundo. Ahora estas ideas nos ayudaran a rehacer nuestra constelación de causas perdidas, que se han ido resquebrajando a medida que triunfaba el neoliberalismo.El PSOE, nacido marxista y reeducado sociademócrata, es el partido del orden y del capital, el partido de la gran banca y de la oligarquía. Enzarzado el PP en una lucha a cara de perro, de pronóstico reservado, el PSOE es la garantía de que el statu quo no se modificará en detrimento de la clase empresarial. El PSOE es el enemigo a batir, por mucho que se empeñe la progresía en mostrarnos los horrores del PP. La reconstrucción de la izquierda alternativa y transformadora se hará contra el PSOE y contra el Gobierno ZP.Para recuperarnos del coma profundo que sufrimos, necesitamos tanto la teoría económica de Marx como la propuesta demócrata radical de Robespierre. El socialismo del futuro será robespierrista o no será, será democrático o sólo será un sucedáneo, una chuchería con la que endulzar la mediocridad imperante. El hilo rojo que une a Karl Marx y a Maximilien Robespierre, del que ya han hablado otros antes que yo, forjará la madeja del anticapitalismo revolucionario, en este nuevo siglo.Estamos en la última década del siglo XVIII. La joven República Francesa, atacada e invadida por las más poderosas naciones del orbe (la misma situación se repetiría 130 años después con la naciente Unión Soviética), vacilaba entre los realistas, los girondinos y los jacobinos, estableciendo para siempre los conceptos de derecha, centro e izquierda. Marat, Danton, La Fayette, Robespierre, Saint-Just, Bonaparte, ocupaban la arena pública, debatiendo en la Convención o en la Asamblea Nacional, publicando panfletos insurreccionales o dirigiendo los ejércitos franceses hacia la victoria. Sobre todos ellos, brillaba Robespierre.Maximilien Robespiere, tribuno de la plebe, abogado de los humildes, defensor del pueblo campesino y trabajador, miembro del ala izquierda del club de los jacobinos, figura maldita para monárquicos y burgueses, idolatrado por los sans culottes, magnífico orador, parlamentario agresivo, hombre de salud escasa, con razón la masa le llamó Incorruptible. Denostado durante siglos, vilipendiado y olvidado, descatalogado por la ortodoxia soviética, víctima de una campaña de desprestigio demasiado larga y cruel, consiguió combinar los aspectos más positivos del liberalismo con lo que él mismo calificó de economía política popular.La economía política popular que propugnaba Robespierre defendía la prevalencia del poder político sobre el poder económico, defendiendo el control ciudadano de la economía. Se oponía así a la libertad total del mercado, base fundamental del liberalismo clásico, precisando que nunca el derecho a la propiedad privada podría situarse por encima del derecho a una existencia digna. Ni el derrocamiento de la Monarquía Borbón ni la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano eran suficientes, sólo etapas importantes de una carrera de fondo hacia la libertad y hacia la felicidad, que todavía recorremos.Ante aquellos que pretendían negar el derecho al voto a judíos y a comediantes, Robespierre afirmaba "Devolvámoslos a la felicidad, a la patria, a la virtud, devolviéndoles la dignidad de hombres y de ciudadanos libres; soñemos que jamás puede ser política, que se pueda llama así, el condenar al envilecimiento y a la opresión a una multitud de hombres que viven entre nosotros". El de Arrás atacaba los prejuicios antijudíos, propios de entonces, exigiendo la igualdad legal para cualquier ciudadano.Robespierre se oponía a a la proposición de ley marcial, que trataban de aprobar los reaccionarios con el fin de sofocar militarmente los numerosos motines populares que estallaban en Francia. Justificaba el derecho del pueblo a la insurrección si el Estado violaba las libertades, argumentando que "El pueblo volverá a ponerse por sí mismo bajo el yugo de las leyes cuando éstas no sean otra cosa que protección y provecho"."Todos los hombres nacidos y domiciliados en Francia son miembros de la sociedad política que se llama la nación francesa, es decir, ciudadanos franceses. Lo son por la naturaleza de las cosas y por los principios primeros del derecho de las gentes. Los derechos unidos a este título no dependen ni de la fortuna que cada uno de ellos posee, ni de la cantidad del impuesto a la que está sometido, porque no es el impuesto lo que nos hace ciudadanos; la cualidad de ciudadanos obliga solamente a contribuir a los gastos comunes del estado, según sus facultades". Con estas palabras combatía Robespierre el sufragio censitario, que privaba del derecho al voto a la inmensa mayoría de los franceses.El diputado jacobino siempre se enfrentó al esclavismo, porque lo consideraba incompatible con la propia Revolución: "Desde el momento en que, en uno de vuestros decretos, hayáis pronunciado la palabra esclavo, habréis pronunciado vuestro propio deshonor y el derrocamiento de vuestra constitución"."Cuanto más pobre se es, más necesidad se tiene de la autoridad protectora; así, lejos de disminuir esta facultad, para la causa de los ciudadanos más pobres, es por el contrario a estos ciudadanos a quienes el legislador debe garantizarla de la manera más auténtica y extensa". Este pequeño apunte deja bien claro en que trinchera de la lucha de clases estaba Maximilien Robespierre .Frente a los que promovían la guerra de conquista para, supuestamente, extender los principios revolucionarios por Europa, Robespierre replicaba "La idea más extravagante que puede nacer en la cabeza de un político es creer que es suficiente que un pueblo entre a mano armada en un pueblo extranjero para hacerle adoptar sus leyes y su constitución. Nadie quiere a los misioneros armados. Y el primer consejo que dan la naturaleza y la prudencia es rechazarlos como enemigos". Anticipaba de este modo el fracaso del socialismo real, impuesto por el Ejército Rojo a los países del Este tras el aniquilamiento del Tercer Reich. Incluso, se adelantaba al error tremendo del Che Guevara, lo que le acabó costando la vida en las selvas de Bolivia.En otra de sus fantásticas alocuciones, respondía a los que le acusaban de tomar medidas ilegales para actuar contra los enemigos de la revolución, alegando que "Todas aquellas cosas eran ilegales, tan ilegales como la revolución, como la caída del trono y de la Bastilla, tan ilegales como la propia libertad" ."La libertad del comercio es necesaria hasta el límite en que la codicia homicida empieza a abusar de ella"; "Ningún hombre tiene el derecho a amontonar el trigo al lado de su semejante que muere de hambre"; "La primera ley social es pues la que garantiza a todos los miembros de la sociedad los medios de existir"; "Todo cuanto resulte indispensable para conservarla (la vida) es propiedad común de la sociedad entera"; "Toda especulación mercantil que hago a expensas de la vida de mi semejante no es tráfico, es bandidaje y fratricidio". La prosa contundente del Incorruptible deja bien claro que el ser humano es más importante que el mercado, que nadie debe hacerse rico a costa de que otros se mueran de hambre. Anticapitalismo del bueno, parece escrito para describir la globalización.También atacaba la pena de muerte: "Quiero probaros dos proposiciones principales: la primera, que la pena de muerte es esencialmente injusta; la segunda, que no es la más represiva de todas las penas, y que contribuye mucho más a multiplicar los crímenes que a prevenirlos". Precisamente, la acusación que lanzó la reacción contra Robespierre, y que aún se escucha, es que fue un tirano sanguinario, acérrimo partidario de la pena de muerte. Otra mentira más. Sólo fue partidario de ella en contadas ocasiones. Cierto es que votó a favor de la ejecución del rey, medida extrema que contribuyó a descabezar la conspiración contrarrevolucionaria. En la época del Terror, con Francia asaetada por los ejércitos absolutistas, justificó el uso de la pena de muerte para preservar la integridad de la república, seriamente amenazada."Dar al gobierno la fuerza necesaria para que los ciudadanos respeten siempre los derechos de los ciudadanos, y hacer de manera que el gobierno nunca pueda violarlos". Estas debían ser las funciones del Poder Legislativo según Robespierre. "Los males de la sociedad no provienen jamás del pueblo sino del gobierno"; "El interés del pueblo es el bien público. El interés del hombre con poder es el bien privado". Como pueden apreciar, Robespierre era rousseauniano, demasiado ingenuo, demasiado honesto para este mundo de canallas.El discurso sobre los Principios del Gobierno Revolucionario es fundamental en la trayectoria de Maximilien Robespierre: "La teoría del gobierno revolucionario es tan nueva como la revolución que la ha traído. No hay que buscarla en los libros de los escritores políticos, que no han visto en absoluto esta Revolución, ni en las leyes de los tiranos que contentos con abusar de su poder, se ocupan poco de buscar la legitimidad; esta palabra no es para la aristocracia más que un asunto de terror; para los tiranos, un escándalo; para mucha gente un enigma. El principio del gobierno constitucional es conservar la República; la del gobierno revolucionario es fundarla... El gobierno constitucional se ocupa principalmente de la libertad civil; y el gobierno revolucionario de la libertad pública. Bajo el régimen constitucional es suficiente con proteger a los individuos de los abusos del poder público; bajo el régimen revolucionario, el propio poder público está obligado a defenderse contra todas las facciones que le ataquen. El gobierno revolucionario debe a los buenos ciudadanos toda la protección nacional; a los enemigos del pueblo no les debe sino la muerte".La reacción obligó a la Revolución a actuar rigurosamente, aplicando la pena de muerte a opositores y a conspiradores. Robespierre ejerció como contrapeso, dentro del Comité de Salud Pública del que era miembro, entre las posturas más extremistas y las más moderadas. Era un hombre, nada más y nada menos que una persona, por lo que su quehacer político no fue perfecto, cometió errores en algunas ocasiones, aunque siempre tuvo al pueblo en su corazón."La esencia de la república o de la democracia es la igualdad, se concluye de ello que el amor a la patria abarca necesariamente el amor a la igualdad. Es verdad también que este sentimiento sublime supone la prioridad del interés público sobre todos los intereses particulares". La igualdad, la bendita igualdad, el horizonte de nuestras batallas, fue también el propósito final de aquel francés enfermizo y enjuto, que un día sembró de inquietud el alma podrida de los poderosos.Cojamos picos y palas, pongámonos el mono de trabajo, cavemos una y otra vez, destripando la tierra donde dicen que arrojaron el cadáver de Maximilien. Quizás encontremos su cabeza, la cabeza del sabio, del orador, del guerrero de la Revolución. Si tenemos la suerte de lograrlo, no permitamos que nadie le eleve a la categoría de dios, le ponga velas y le rece avemarías, porque entonces seríamos traidores, traidores a Robespierre y traidores a la causa de la humanidad."La verdad es mi único refugio frente al crimen; no quiero ni elogios ni partidarios: mi defensa está en mi conciencia". Así sea, compañero. * La totalidad de las citas de Maximilien Robespierre, mencionadas en este artículo, provienen de la recopilación de discursos del revolucionario jacobino, "Por la felicidad y por la libertad", publicada en El Viejo Topo, en 2005.

miércoles, 27 de agosto de 2008

listado de textos CATEDRA ABIERTA FELIX DE BEDOUT GAVIRIA

CATEDRA ABIERTA FELIX DE BEDOUT GAVIRIA

1. REVOLUCIONES Y REBELIONES DE LA ÉPOCA MODERNA. J. H. Elliot, Roland Mougnier, (Alianza Ed.)
2. LAS REVOLUCIONES BURGUESAS.PROBLEMAS TEÓRICOS.
Gerhard Brendler, Manfred Kossok (Crítica)
3. LA ÉPOCA DEL ABSOLUTISMO.
Heinz Duchhardt.
4. ERASMO, LA CONTRAREFORMA Y EL ESPÍRITU MODERNO.
Lucien Fevbre.
5. LA EDAD DE LA RAZÓN.
Will y Ariel Durant.
6. EUROPA CRISIS.
Geoffrey y Parker.
7. REVOLUCIONES Y LUCHAS NACIONALES.
(Historia Universal Daimon tomo 10). Carl Grimberg.
8. DICCIONARIO HISTÓRICO DE LA ILUSTRACIÓN.
Vicenzo Ferrone y Daniel Roche.
9. LA EDAD DE LUIS XIV.
Will y Ariel Durant.
10. LA EDAD DE VOLTAIRE.
Will y Ariel Durant.
11. HISTORIA DE EUROPA. LA EUROPA DEL ANTIGUO RÉGIMEN. 1715-1783.
D. Ogg.
12. LA EUROPA FRANCESA EN EL SIGLO DE LAS LUCES.
Louis Reau.
13. ESPEJOS DE LA REVOLUCIÓN. Franceco Benigno.
14. EUROPA Y AMÉRICA EN LA ÉPOCA NAPOLEÓNICA.
Jacques Godechot
15. LA EUROPA REVOLUCIONARIA 1783-1885.
George Rudé.
16. EUROPA RESTAURACIÓN Y REVOLUCIÓN 1815-1848.
Jacques Droz.
17. 1848 LAS REVOLUCIONES ROMANTICAS Y DEMOCRATICAS DE EUROPA.
Jean Sigmann.
18. HISTORIAS INTIMAS DE VERSALLES.
G. Lenotre.
19. LOS ORÍGENES DE LA FRANCIA CONTEMPORÁNEA.
Hipolito Taine.
20. MEMORIAS.
Duque de Saint Simon.
21. DISCURSO PRELIMINAR DE LA ENCICLOPEDIA.
Jean le Rond D` Alambert.
22. ANTROPOLOGÍA E HISTORIA EN EL SIGLO DE LAS LUCES.
Michelle Duchet.
23. LA REVOLUCIÓN FRANCESA.
Hilarie Belloc.
24. ESTUDIOS SOBRE LA REVOLUCIÓN FRANCESA Y EL ANTIGUO RÉGIMEN.
D. Rich et. G. Chassinand – Nogaret.
25. LOS ORIGENES DE LA REVOLUCION FRANCESA. La toma de la Bastilla.
Jacsque Godechot.
26. HISTORIA SOCIAL DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA.
Norman Hammpson.
27. CAUSAS DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA.
Jean Jaures.
28. HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA.
Alfonso de Lamartine.
29. HISTORIA DE LOS GIRONDINOS.
Alfonso de Lamartine.
30. MITOS DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA.
Alice Gerard.
31. LA REVOLUCIÓN FRANCESA Y LA PSICOLOGÍA DE LAS REVOLUCIONES.
Gustav Lebón.
32. LA REVOLUCIÓN FRANCESA Y LOS CAMPESINOS. George Lefevbre.
33. LA REVOLUCIÓN FRANCESA Y EL IMPERIO.
George Lefevbre.
34. 1789 LA REVOLUCIÓN FRANCESA.
George Lefevbre.
35. LOS HOMBRES DE LA REVOLUCION FRANCESA.
Louis Madeline.
36. CONSIDERACIONES SOBRE FRANCIA.
Joseph de Maistre.
37. LA REVOLUCIÓN FRANCESA.
Albert Mattiez.
38. MEMORIAS DE FOUCHE.
39. HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA.
Julio Michelet.
40. LA REVOLUCIÓN FRANCESA.
George Rudé.
41. EL ESPIRÍTU DE LA REVOLUCIÓN.
Saint Just.
42. ¿QUÉ ES EL TERCER ESTADO?
Sieyés.
43. LA REVOLUCION FRANCESA.
Albert Soboul.
44. COMPENDIO DE LA HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA.
Albert Soboul.
45. LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN.
Albert Soboul.
46. LAS CLASES SOCIALES DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA.
Albert Soboul.
47. PROBLEMAS CAMPESINOS DE LA REVOLUCIÓN. Albert Soboul.
48. LOS SANS- CULOTES.
Albert Soboul.
49. TALLEYRAND.
Jean Orieux.
50. LA REVOLUCIÓN FRANCESA DEL IMPERIO.
Alfredo Traversoni.
51. LA CAÍDA DE LA MONARQUÍA.
Michel Vovelle.
52. INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA.
Michel Vovelle.
53. VOCABULARIO BÁSICO DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA.
Michel Peronnet.
54. LA REPÚBLICA BURGUESA.
Dennis Woronoff.
55. LA LUCHA DE CLASES EN EL APOGEO DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA.
Daniel Guerin.
56. LA FRANCIA BURGUESA.
Charles Moraze.
57. LA COMUNA.
Albert Ollivier.
58. LA COMUNA Y EL PROLETARIADO.
J. Castellote.
59. ESPAÑA Y LA REVOLUCIÓN FRANCESA.
Jean Rene Aymes.
60. LA QUIEBRA DE LA MONARQUÍA ABSOLUTA.
Joseph Fontana.